PUEBLO A PUEBLO

BARRADO

Altitud: 796 m.Habitantes: 451

Nace como núcleo pastoril a finales del medioevo, recostado entre dos Valles, El Jerte y La Vera. Obtiene el título de Villa en el siglo XVII, única entre las poblaciones serranas del Valle.

 

Su economía ganadera fue evolucionando hacia la producción agraria, con explotaciones de castaños, cerezos y demás frutales de la zona.

 

Pueblo con aires pintorescos debido a la disposición urbana adaptada a la pendiente, y a la conservación de su arquitectura popular. Se confunde el entramado de adobe y madera con los muros de mampostería, más propios del aspecto serrano. Poseedor el caserío de casas que ennoblecen sus fachadas con dinteles inscritos y sillares en recercos de vanos. El edificio más sobresaliente es la iglesia parroquial, dedicada al santo mártir San Sebastián. Situada en la parte alta del pueblo, emerge notoriamente, merced al capitel piramidal en que remata su esbelta torre. El ingreso a la iglesia se realiza por tres puertas. La de más arte se sitúa en la Epístola, con arco de medio punto, moldurado y pometeado como corresponde a su fábrica del siglo XVI. Destaca la cúpula de media naranja que data del siglo XVIII, al igual que su ajustado retablo mayor, que hace gala de una ornamentación bastante abigarrada, en la que se aprecia la mano barroquizante de los entalladores locales, los hermanos de La Inzeira Velasco, prolíficos retablistas que dejaron obras por las iglesias de las comarcas vallejerteña y verata.

 

La calle principal está constituida por una vía paralela al río, dividida en tres tramos: calle del Puente, la Plaza y calle del Hondón, en cuyo extremo se levanta un artístico "Crucero". En esta calle tienen asiento los edificios de mejor porte, bastante de ellos con fachadas de sillares, en las que se exhiben escudos nobiliarios, símbolos, anagramas y leyendas pías. La antigua Casa Consistorial tiene una hornacina en su balcón donde se hospeda el busto de un insigne cabezueleño, José María Muñoz, filántropo famoso en la anterior centuria. Se corona con esbelta espadaña relojera. Llaman la atención los amplios asoportalamientos que se desarrollan en uno de los laterales de la Plaza. Al resguardo de los profundos portales se celebran animados mercadillos cada viernes.

 

A destacar además la ermita de Nuestra Señora del Viso, edificio popular del siglo XVIII con retablo de la misma época.

 

El Roble Grande de la Solana aunque no puede ser considerado un árbol monumental dentro de su especie (Quercus pyrenaica) por sus dimensiones, su porte es de gran belleza, siendo además un árbol conocido y valorado. Tiene una altura total de 15 metros, y su perímetro de tronco a 1,30 m 3,70 m. Fue declarado árbol singular de la comunidad Autónoma de Extremadura. Se puede acceder a él por una ruta de senderismo marcada, o en coche por una pista forestal en muy buenas condiciones en el alto del puerto del Rabanillo. Los paisajes que se divisan desde esta zona son espectaculares.

CABEZUELA DEL VALLE

Altitud: 515 m.Habitantes: 2.377

Su casco histórico está declarado Conjunto Histórico-Artístico.

 

Se encuentra ubicada en la parte central del Valle del Jerte. Comunicada por el Puerto de Honduras con Hervás y a través de la carretera nacional 110 con Plasencia y Ávila. Bañada por el río Jerte. En este punto se encuentran gran cantidad de Piscinas Naturales: La Pesquerona, La Picaza, El Vao y El Simón con una pendiente del 2,5 % aproximadamente.

 

Su casco histórico rompe la estructura lineal de las demás villas, y presenta una forma urbanística triangular. Desarrolló verticalmente su urbanismo, desde un breve cerro en el que se fundó, en tiempos medievales, el primer núcleo poblacional "La Aldea". Luego fue descendiendo por las laderas hasta detenerse en los altos bordes del Jerte, límite natural del caserío. Éste resulta muy pintoresco, con calles repinadas, vías laberínticas, callejones umbríos (calleja de la Cárcel o el Portal Viejo) que evocan su diseño medieval de judería. Ésta se encontraba esparcida, según documentos, por ciertas calles apartadas del lugar, y a finales del siglo XV se les quedaba estrecho el sitio. Los Reyes Católicos les conceden la facultad de ampliar la judería de forma y modo que puedan desenvolver cómodamente en ella sus oficios. Pero, antes de transcurrido un año de la autorización, tienen que dejar sus viviendas recién adquiridas para marchar al exilio definitivo, obedeciendo el Decreto de Expulsión de 1492.

 

La calle principal está constituida por una vía paralela al río, dividida en tres tramos: calle del Puente, la Plaza y calle del Hondón, en cuyo extremo se levanta un artístico "Crucero". En esta calle tienen asiento los edificios de mejor porte, bastante de ellos con fachadas de sillares, en las que se exhiben escudos nobiliarios, símbolos, anagramas y leyendas pías. La antigua Casa Consistorial tiene una hornacina en su balcón donde se hospeda el busto de un insigne cabezueleño, José María Muñoz, filántropo famoso en la anterior centuria. Se corona con esbelta espadaña relojera. Llaman la atención los amplios asoportalamientos que se desarrollan en uno de los laterales de la Plaza. Al resguardo de los profundos portales se celebran animados mercadillos cada viernes.

 

La iglesia de San Miguel Arcángel se encuentra asentada sobre el solar de la que fuera sinagoga de los hebreos, donada por merced regia al concejo cabezueleño en 1494. Posee una sola nave dividida a su vez en cuatro tramos. Su aspecto robusto está reforzado por cinco contrafuertes al exterior que, en el interior, se corresponden con arcos fajones. Con coro a los pies y un precioso retablo barroco en la cabecera completamente dorado, que posee una gran calidad artística, y se debe al entallador castellano Juan de Arenas, realizado entre los años 1681-1683. Los dos accesos son bastantes sobrios, sin apenas decoración. La torre de campanas adosada a la construcción es más antigua que el resto de la obra.

 

Otras construcciones religiosas son las ermitas, todas pertenecientes al período barroco (siglo XVIII). La más importante, tanto por su riqueza artística como por la devoción de las gentes de Cabezuela, es la de su patrona: La Virgen de Peñas Albas. Destaca en esta ermita el retablo, las pinturas de la bóveda y la propia imagen de la Virgen. La arquitectura exterior es bastante sobria.

 

Dentro de las fiestas populares es interesante destacar "La Quema del Judas". Monigote relleno de paja, pólvora y petardos, que es paseado por todo el pueblo. Se le prende fuego en la noche del Sábado de Gloria a las doce de la noche en las orillas del Jerte.

 

En su término municipal se encuentran los restos del despoblado de Vadillo. 

 

En Cabezuela del Valle se puede visitar el Museo de la Cereza, el Museo Escolar y el Centro de Interpretación sobre el Agua.

CABRERO

Nació a finales del Medievo como núcleo de pastores que aprovecharon las excelentes condiciones del lugar para la ganadería, extendiéndose en la ladera occidental de la sierra de Piornal. Estuvo supeditado a Piornal durante siglos en calidad de simple barrio o anejo. Mucho ha sufrido su vecindario por carecer de término propio, que no ha conseguido hasta la etapa contemporánea.

 

La aldea serrana constituye un laberinto urbano de callejones entrecruzados y en pendiente. Su arquitectura, participa de ambas modalidades vallejerteñas, la montañesa en la que predominan los mampuestos, y la arquitectura entramada con sobresalientes solanas. El desarrollo urbanístico de los últimos decenios se extiende en todas direcciones alrededor del casco viejo, si bien es en la carretera donde se concentra.

 

Su monumento más característico es la parroquia de San Miguel, obra del siglo XVIII, rematada en el año 1758, edificado sobre los restos de un templo anterior del siglo XVI. De su exterior es interesante mencionar la espadaña, situada sobre el muro de los pies, y las dos portadas con dintel en el lado del Evangelio, con arco semicircular en la de los pies. De su contenido sobresale, entre otras tallas policromadas, la de su titular, obra del siglo XVIII.

CASAS DEL CASTAÑAR

Altitud: 675 m. Habitantes: 621

Recostada sobre la falda de la Sierra de San Bernabé, Casas del Castañar despliega su término por la vertiente meridional del Valle. Debe su origen a los secaderos y viviendas que los vecinos de Asperilla iban levantando en el extenso bosque de castaños que asilvestraba esa ladera de montaña. En su término municipal se encuentran los restos del Castro Celta de Villavieja y el despoblado medieval de Asperilla.

Quien hoy viaje por la carretera que lo cruza creerá que se trata de un pueblo sumamente modernizado, a juzgar por los edificios levantados en sus laterales. Sin embargo, tomando cualquiera de las vías descendentes, se penetra en un caserío antiguo, llamativo y pintoresco, de elevadísimas casas entramadas, con solanas en el último nivel para mejor recibir el sol que secaba los pimientos, los higos, los melocotones, etc. Sorprenden las fachadas enjalbegadas, con encalados reverberantes que llegan hasta las vigas de la planta primera. Al igual que en otras poblaciones serranas, su urbanismo adolece de falta de planificación, con vías sinuosas y estrechas, ensombrecidas por los altos edificios. Su arquitectura popular justifica sobradamente un moroso paseo, observando a detalle las viviendas y la vida que anima las calles.

A destacar en el aspecto monumental es la iglesia de San Juan Bautista. Obra del siglo XVI. Torre prismática en el exterior adosada al lado sur de la cabecera, con dos cuerpos y remate de tejadillo a cuatro vertientes. La puerta de acceso se encuentra también en el lado de la epístola, con sencillo arco de piedra de medio punto bajo tejaroz moderno.

En el año 2007 se ha inagurado el Museo de Marceliano Sayán, en el cual se da cobijo a los fondos bibliográficos y arqueológicos recopilados a lo largo de toda su vida por el citado médico e historiador. Se trata de unas 3.000 piezas, entre libros, en su mayoría tratados de medicina e historia, cuadros y objetos arqueológicos. Para visitarlo contactar con el Ayuntamiento.

EL TORNO

Altitud: 769 m. Habitantes: 953

Llamado también "El Mirador del Valle" por las magníficas vistas que desde este pueblo se pueden contemplar de todo el Valle del Jerte.

 

El término de El Torno estuvo habitado desde tiempos prehistóricos; prueba de ello son los utensilios de piedra tallada (hachas, puntas de lanza) dispersos por todo el territorio y las tumbas antropomorfas halladas en las fincas "El Mojigato", "Romanejo" y en el "Prado Camacho", fechadas en la Edad del Hierro. En esta época todos estos territorios dependían del castro de "Los Riscos de Villavieja". La huella romana se deja ver por columnas que se han descubierto en la finca de "Romanejo". En los cerros de "La Butrera" y "los Viñazos" quedan restos de un tejar árabe.

 

Los bravos torniegos, al mando del alimañero "Tío Picote", supieron resistir exitosamente a los franceses del mariscal Soult. Éste, en venganza por las continuas derrotas de sus dragones a manos de un puñado de inexpertos serranos, prendió fuego a la población, utilizando como teas el lino que se secaba en las solanas aquél trágico agosto de 1809.

 

El núcleo original cuenta con algunas calles muy interesantes, como la calle Portugal y la del Barrio del Castillo, con las casas entramadas con solanas. En la iglesia de la Virgen de la Piedad, de mediados del siglo XVI, llama la atención el retablo barroco. En la Sierra de El Torno, se pueden encontrar más de un centenar de "Chozas"; antiguas construcciones pastoriles enteramente de piedra.

 

Cuenta con una piscina natural, así como charcos en el río Jerte donde pasar las horas más calidas del verano.

JERTE

Altitud: 604 m. Habitantes: 1329

Situado en el curso del valle. Núcleo de innegable atractivo paisajístico. Huertos, prados y cerezos que pueblan los bancales de las escarpadas laderas de las sierras de Tormantos y Candelario ascendiendo a ambos lados de su caserío.

 

La localidad se organiza urbanísticamente mediante dos largas calles, Coronel Golfín y la carretera, que evidencian un recorrido longitudinal en torno al viejo camino que remonta el valle. Arquitectura popular entramada que aún puede admirarse entre sus callejas. Casas blasonadas con paramentos de cantería en el Barrio de los Bueyes, que sobrevivió al saqueo perpetrado durante la Guerra de la Independencia, 1809, por las tropas francesas del general Soult. En la calle Ramón Cepeda se ven edificios notables, de nobles sillares, arco de medio punto y escudo con orla, cuando no algún que otro dintel donde está inscrita la fecha de construcción, en el siglo XVIII.

 

La Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción es el monumento más representativo. Edificio de mampostería con refuerzos de sillería en esquinas y soportales. La mayor parte de su fábrica corresponde al siglo XVIII, aunque cuenta con elementos anteriores a esa fecha. A unos pocos metros se alza la torre, de aires defensivos, otra medieval como sugiere su arco apuntado. Adosada al muro de la torre, vierte los caños una fuente pública con un ancho pilón en el que abrevan las caballerías.

 

Es interesante resaltar la situación de la ermita consagrada al Cristo del Amparo. Edificio popular del siglo XVIII, realizado con aparejo de mampuesto y sillares esquineros.

 

También se puede visitar en Jerte un Centro de Reproducción de Salmónidos y el Centro de Interpretación sobre la fauna y flora de la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos (este último está actualmente cerrado por reformas).

NAVACONCEJO

Altitud: 458 m. Habitantes: 2220

Esta villa ribereña del Jerte está enclavada en medio de la cuenca. Empezó siendo un concejo medieval: Nava del Concejo. Fue durante el siglo XV acoge a los habitantes del poblado "Peñahorcada", destruido por una crecida del río Jerte.

 

Su urbanismo original responde a la estructura de pueblo-calle, si bien en la actualidad la carretera actúa como la arteria más importante. La antigua calle Real, larga y paralela al río, se abre al norte con un bello crucero, y a lo largo de su recorrido nos encontramos con llamativos edificios entramados con solanas muy voladas y pletóricas de flores.

 

"La Fábrica de Sayales" es una construcción fechada en 1625 de gran interés, con arcadas clásicas en la trasera, y en la fachada principal, exhibe inscripciones en las tozas de los vanos. En la actualidad no queda nada de lo que fue la fábrica de sayales, el edificio se utiliza como Casa de Cultura.

 

Nuestra Señora de la Asunción es la Iglesia Parroquial de Navaconcejo. Datada en su parte más antigua, cabecera y sacristía, en la segunda mitad del siglo XVI, como testimonia el escudo del obispo Ponce de León en la sacristía. Esbelta y admirable se manifiesta la torre, alzada con sillares, que consta de tres cuerpos separados por abultadas molduras. El retablo mayor presenta las características barroquizantes de mediados del siglo XVIII.

 

Se conservan dos ermitas barrocas. La del Cristo del Valle, realizada con mampuestos y refuerzos de cantería y la Iglesia de San Jorge que alberga un retablo del XVII con tallas.

 

"La Casería" es una finca que alberga el convento franciscano de Santa Cruz de Tabladilla, actualmente transformado en casa rural.

 

Cuenta con varios charcos en el Río Jerte a su paso por la localidad.

 

En este pueblo nos encontramos con una de las rutas a pie más transitadas del Valle denominada la ruta de las Nogaleas, en la que encontramos varias cascadas de agua a nuestro paso.

PIORNAL

Altitud: 1.175 m. Habitantes: 1550

Situado a caballo entre el Valle del Jerte y la Vera. Es el pueblo más alto de la región. Debe su nombre a la abundancia de piornos.

 

La localidad, de irregular urbanismo, es muestrario de la arquitectura serrana más depurada y representativa de la comarca del Jerte. El exterior de las viviendas es austero, acorde con las adversas condiciones del clima, con empleo de sillares de granito como refuerzos esquineros o recercos de vanos. Contrastando con la arquitectura popular destaca el Palacio del Obispo Pedro González de Acevedo, construcción de carácter señorial. En la fachada conserva pórtico de acceso, así como escudo episcopal.

 

En el aspecto religioso destaca la Iglesia de San Juan Bautista, edificio del siglo XV derribado en los años 60 para ser sustituido por otro más moderno. Del primitivo templo gótico sólo queda la torre campanario. Se eleva en dos cuerpos, y puede encuadrarse en el siglo XIV. Interesante es destacar la ermita de Nuestra Señora de la Concepción, obra de mampostería y refuerzos de cantería, que data del siglo XVIII.

 

Las plazas tienen en medio fuentes de piedra, con pilones cuadrilongos o pentagonales. Una fuente peculiar, si bien hoy alterada por pretenciosas mistificaciones, es la situada a la entrada sur, en la que se representan varios lobos, animales tan estrechamente vinculados al altiplano ganadero.

 

En alguna de sus calles se puede ver correr el agua por medio del enrollado. Destacan las magníficas vistas al Valle del Jerte y a la Vera y en su sierra, cuenta la leyenda, que se encuentra la cueva de la Serrana de la Vera.

REBOLLAR

Altitud: 622 m. Habitantes: 235

Su nombre procede de "Rebollo", "Monte de roble pequeño".

 

Localidad situada en una empinada ladera de la margen derecha del Valle del Jerte. El cerezo, como en otros municipios, es el principal exponente económico.

 

Es el suyo un urbanismo característico de serranía, de callejones estrechísimos, tortuosos y repinados. Pese a esa caótica estructura urbana, Rebollar equivale a un pequeño museo vivo de arquitectura popular. Aleros y balcones casi se tocan y algunas de sus viviendas, las dos Casas del Canchal se alzan sobre impresionantes moles de granito, dando la impresión de casas colgantes. Las casas tienen prodigiosos huertos traseros donde crecen limoneros, naranjos, granados, parrales, lauros e higueras.

 

La Iglesia parroquial de Santa Catalina, humilde construcción del siglo XVII, ha sido recientemente reformada. Consta de una nave interior de dos tramos y cabecera, todo dividido por arcos de medio punto y cubierto a base de techumbre de madera a dos aguas. El templo alberga una píxide de plata de estilo gótico-renacentista, donada por el obispo Gutierre de Vargas y Carvajal, según consta en el escudo de la peana.

 

TORNAVACAS

Altitud: 871 m. Habitantes: 1.181

Participa en la Reconquista durante la "Batalla de la Vega del Escobar" siglo X, donde adquiere su nombre y el escudo de armas. Tornavacas se refiere a "tornan las vacas", expresión de Ramiro II. Muchos de estros animales, con teas encendidas en los cuernos, fueron lanzados de noche contra el ejército moro, provocando una gran confusión y siendo causa de su derrota.

 

Encajonada entre sierras, en la cabecera del Valle del Jerte, Tornavacas ha estado históricamente muy marcada por su condición fronteriza con Castilla, tierra con la que ha mantenido frecuentes lazos comerciales que perduran en los tiempos presente. Es el obligado paso para la ganadería trashumante de la limítrofe provincia de Ávila.

 

La localidad se ubica entre los impresionantes macizos de Gredos y la Sierra de Béjar. El término municipal acusa grandes accidentes en el terreno debido a las abruptas pendientes que se elevan a ambos lados del río Jerte, que alcanzan los 2400 m. de altitud en los montes del Calvitero.

 

Su larga calle principal se divide en tres tramos; "Real de Arriba", "Real de Enmedio" y "Real de Abajo", unidos por dos puentes; el Puente Cimero (medieval) y la Puentecilla, con un templete dieciochesco. En la arquitectura popular predominan vivienda entramadas, si bien menudean edificios levantados enteramente con piedras. Son casas altas y profundas, con balcones de escaso vuelo y solanas. El gusto por las flores ornamentales se evidencia en la abundancia de tiestos que copan los barrotes de galerías y antepechos.

 

La iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción es de estilo Barroco. Alberga retablos de los siglos XVII y XVII. Destaca el mayor, de finales del XVII. Lienzos y tallas barrocas, especialmente la magnífica imagen anónima del Santísimo Cristo del Perdón, de gran devoción en el Valle, entronizada en 1645.

 

Tornavacas conserva un número importante de ermitas, consagradas al Santo Cristo del Humilladero, Santa María Magdalena, los Mártires, Santa Bárbara y San Martín.

VALDASTILLAS

Altitud: 639 m. Habitantes: 361

Se erige en un magnífico mirador sobre el tramo medio de la cuenca del río Jerte. Adentrándonos en el pueblo podemos apreciar algunos ejemplos de arquitectura entramada de gran belleza, con edificios que dejan al descubierto el tono rojizo del adobe y el ocre de la madera. Sorprenden algunas balconadas corridas entre seis o más casas contiguas. La iglesia, dedicada a Santa María de Gracia, data del Siglo XVI, y posee dos retablos de cerámica talaverana.

 

Sus orígenes están estrechamente ligados a Ojalvo, una de las aldeas medievales, ya desaparecida, de esta comarca.

 

El pueblo es pequeño y el entorno de su término municipal, caracterizado por las fuertes pendientes, se encuentra repleto de grandes bancales poblados de cerezos.

 

A tres kilómetros de este pueblo dirección Piornal, se puede disfrutar de una de las cascadas más impresionantes del Valle del Jerte, llamada la Cascada del Caozo. Su altura es de unos 30 m y es de fácil acceso. Y a 1 km siguiendo la carretera que lo une con Cabrero, nos encontramos con la Cascada de Marta, con fácil acceso y zona de merendero.

 

A 1 km del pueblo cuentan con una piscina natural en la Garganta Bonal.